El artista murciano estrena su nueva muestra en el Real Casino de Murcia con la que regresa a la geometría y el color

La Sala de Arte del Real Casino de Murcia acogió la inauguración de la nueva exposición del artista murciano Juan Legaz, titulada Yo mismo, y que se podrá visitar hasta el 16 de noviembre. Dos años después de su anterior muestra, La divina música, Legaz vuelve al emblemático espacio, de la mano de la Asociación Murciana de Amigos de la Capa Española, con una colección completamente inédita, creada expresamente para esta ocasión.
La técnica elegida es, de nuevo, el acrílico, medio en el que el autor despliega su característico universo geométrico y colorista. Aunque mantiene la línea estilística que ya fascinó al público en su anterior exposición, el artista reconoce que esta nueva serie refleja la evolución que ha experimentado en los últimos años: “Se llama Yo mismo porque en estos cuadros he expresado con absoluta libertad lo que he ido sintiendo a lo largo de estos dos años, sacando de mi cabeza todo lo que llevaba dentro y plasmándolo en el lienzo”, explica.

Si en La divina música la melodía y el ritmo eran el motor de su obra, en esta ocasión la música continúa siendo una presencia inevitable, pero no el tema principal. El nuevo conjunto se centra en una exploración más introspectiva, donde el artista traslada al lienzo su propio mundo interior: “La temática de esta muestra se relaciona menos con la realidad natural, sino que conecta íntimamente con la realidad que hay en mi cabeza”.
La exposición Yo mismo propone, así, un viaje hacia la subjetividad del creador, donde la libertad expresiva sustituye a la representación objetiva. El resultado es un conjunto de obras que, sin renunciar al rigor compositivo, el fascinante mundo del costumbrismo murciano, ni a la riqueza cromática que caracterizan su estilo, revelan una nueva dimensión emocional y personal.
El público podrá visitar la muestra del 4 al 16 de noviembre en la Sala de Arte del Real Casino de Murcia, y descubrir en ella a un Juan Legaz más libre, más íntimo y, como sugiere el título, más él mismo.


