El fotógrafo Joaquín Zamora expone en la Sala Alta sus fotografías del Real Casino tras la rehabilitación.
“Las fotografías deben volver a su lugar de origen”, afirma Joaquín Zamora cuando le preguntamos por qué ha decidido donar al Real Casino de Murcia la colección de fotografías que realizó con motivo de la restauración y que ahora se mostrarán en una exposición del 15 al 30 de enero en la Sala Alta de la entidad. “Es un orgullo como murciano exponer mi obra en un lugar tan emblemático”.
Joaquín Zamora es un maestro de la luz. En sus obras combina sabiamente una técnica impecable con una sensibilidad fuera de lo común para ofrecernos una mirada diferente de los distintos rincones del Real Casino.
“Cuando se restauró el Casino, la empresa constructora me propuso hacer estas fotografías. Una semana de intenso trabajo en la que conté con todo el apoyo del arquitecto, Juan Carlos Cartagena, y de Loreto López, restauradora. También el equipo de la empresa Villegas me ayudó en el montaje previo”.
A través de sus fotografías, Joaquín consigue mostrarnos los espacios que conocemos con una luz y un encanto que habitualmente escapan al ojo. La magia que flota en sus imágenes proviene, sin duda, del amor que el fotógrafo pone en su trabajo, consiguiendo resaltar una especie de belleza interna que trasciende el mero retrato. Zamora vive su trabajo como una obra de arte, cuyo sentido es trascender al autor e integrarse, en el inconsciente colectivo, como icono de un paisaje, de un momento. “Si yo consiguiera que al menos cinco de mis obras me trascendieran, daría por bien empleado todo el trabajo”.
Veintiuna fotografías que recorren el Casino mostrándonos detalles inadvertidos, encuadres imposibles y perspectivas impensadas. “Para realizar algunas de las obras utilicé los andamios de la empresa constructora”, cuenta el artista, recordando las peripecias técnicas del trabajo.
“Cada fotografía es única, no puedes elegir una porque todas se hacen con el mismo cariño, con la misma pasión”, señala. Pero algunas tienen su propia historia. “Una de ellas, la que muestra la puerta interior del patio árabe, tuvo un efecto inesperado: en la preparación de la fotografía coloqué mis luces para resaltar el efecto de la puerta y el corredor, sin advertir el reflejo que las vidrieras de colores situadas a la espalda iban a proyectar sobre la fotografía. Se trata de una casualidad, un pequeño milagro”. Un pequeño milagro que ahora podrá disfrutar todo el que visite esta exquisita exposición.
Por Carmen Celdrán.
Exposición de fotografías Joaquín Zamora
Fecha: del 15 al 30 de enero.
Lugar: Sala Alta